“Dientes sanos para una vida sana”
En esta época de móviles, Internet, tablets, facebook… donde todo se busca y todo se encuentra, hay que aprovechar para divulgar la importancia de mantener hábitos saludables. Un estilo de vida saludable se basa en tres pilares como son:
- Práctica regular de ejercicio físico.
- Alimentación equilibrada.
- Descanso emocional y físico reparadores.
A estos puntos hay que sumarle, necesariamente, el mantener una buena salud bucodental mediante unos cuidados adecuados. La educación y la prevención son herramientas esenciales para lograr una óptima salud bucal durante la infancia y la adolescencia hasta llegar a la edad adulta.
- Todas las sociedades científicas recomiendan la primera visita al dentista antes de que el bebe cumpla el año para que los padres reciban la información adecuada y evaluar el riesgo del bebé a desarrollar caries antes de que ésta aparezca. Estas visitas son indoloras, rápidas y sencillas por lo que el niño se va acostumbrando a ellos sin asociarla con una experiencia traumática.
Obligatorio: comenzar la higiene bucal con la erupción del primer diente de leche (aproximadamente a los 6 meses) dos veces al día, en la mañana y en la noche. Utiliza una gasa, la punta de un pañito limpio humedecido en agua o un dedal de silicona para limpiarle los dientes, encía, lengua, mejillas y paladar.
- El cepillado dental en niños es efectivo sólo si es realizado por un adulto. Se recomienda que el bebé o el niño jueguen con el cepillo pero finalmente sea el adulto quien realice la higiene hasta que el niño adquiera la habilidad motora adecuada aproximadamente 8 años. A partir de ese momento supervisar el cepillado nocturno hasta la adolescencia.
- En la edad adulta, para mantener una buena salud bucodental, la higiene bucal, debe ser un hábito rutinario. Para tener unos dientes limpios, hay que utilizar un cepillo en buen estado (cambiarlo aproximadamente cada 6 meses); no se debe mojar en el agua antes de iniciar el cepillado; lavarse los dientes después de cada comida; utilizar enjuagues con flúor diariamente para protegerlos; cepillarse bien los dientes y la lengua; a todas estas recomendaciones hay que añadirle mantener una dieta sana y equilibrada y visitar al dentista al menos una vez al año.